El super conmuter
15.10.2020 | Mobility
30.000 kilómetros en un año. Esta es la distancia total que Pierre Lars Zander ha recorrido con su compacta y robusta Tinker yendo y volviendo del trabajo. En enero de 2021 habrá dado la vuelta al mundo.
Pierre Lars Zander, técnico en electrónica de 56 años, va cada día de Fráncfort del Meno a Wiesbaden para ir a trabajar, lo cual supone aproximadamente unos 90 kilómetros diarios. A ello cabe añadir que tres días a la semana va de Fráncfort a Mannheim. Un auténtico festival de kilómetros que arroja cifras impactantes: 32.464 kilómetros hasta octubre de 2020. Esta es la distancia aproximada que se recorrería en avión para dar la vuelta al mundo.
Potenciado por el coronavirus
Con su Tinker naranja metálico y la caja de transporte del mismo color que él mismo se ha fabricado y que ha fijado en el módulo portaequipajes mediante una correa de sujeción, Pierre Lars Zander llama la atención en el carril bici. A primera vista, uno no diría que este hombre va y viene cada día del trabajo con esa bicicleta, pero cuando nos fijamos bien, su cara curtida y su pedalear sereno y constante, casi estoico, nos revela que se trata de alguien que ha elegido la bicicleta como su medio de locomoción natural.
"El coronavirus es en parte responsable de la cantidad de kilómetros que he recorrido", explica Pierre. "Prefería mil veces moverme al aire libre que en transporte público. Y lo he disfrutado mucho. Claro que esto me ha llevado a hacer algún kilómetro más que otro."
La Tinker: "compacta, robusta, de calidad"
Para sus múltiples desplazamientos, Pierre Lars Zander optó a principios de la temporada 2020 por la Tinker vario de Riese & Müller, con portaequipajes Cargo y una batería de 500 Wh, aunque siempre lleva dos más de recambio iguales en su caja naranja. "Esta bicicleta es muy compacta y puedo levantarla sin problemas", lo cual le permite subirla al tren en caso necesario. A pesar de este diseño compacto y ligero, "es una bicicleta muy robusta, muy bien equipada y con acabados de gran calidad", afirma Pierre. A la vista está: ni un solo fallo ni avería en todo este tiempo y a pesar de todos estos kilómetros. Solo han tenido que cambiarse algunas piezas de desgaste, como las pastillas de freno. Otro de los motivos por los que Pierre eligió la Tinker vario es por sus ruedas: "En mi ruta preferida hasta Mannheim, hay tramos con pilonas que obstaculizan el paso. Ahí deberían realizarse mejoras para facilitar el paso, sobre todo, de bicicletas de carga o con remolque".
Naturalmente, este experimentado técnico en electrónica y entusiasta de las E-Bikes no tiene ningún problema con el mantenimiento y conservación de su Tinker, y sabe cómo sacar el máximo provecho de cada componente. Se trata de pequeños ajustes que mejoran el rendimiento general de la bicicleta, como el tensado regular de la correa de transmisión Gates, que evita que los dientes se desgasten. Si la correa se llena de polvo y chirría, también recomienda echarle un poco de agua para lubricarla.
Una decisión que permite meditar
Cuando le preguntamos de dónde le viene esta enorme pasión por la bicicleta, nos explica: "Cuando era pequeño me encantaba montarme en la bicicleta de mi abuela. Era una de esas bicicletas grandes antiguas de paseo y para que empezara a caminar había que pedalear enérgicamente, lo cual te obligaba a tener un buen equilibrio. Cuando era pequeño era además muy gordo: a los 12 años de edad pesaba 104 kilos. Durante la adolescencia empecé a moverme mucho, y fue en esa época cuando me aficioné mucho a la bicicleta". Esta afición ha permanecido intacta desde entonces. Con 18 años descubrió el placer de las grandes distancias. "La bicicleta me permite desconectar. Y con la E-Bike todo es aún más fácil, con lo que me puedo concentrar totalmente en la naturaleza."
La ruta más larga que ha recorrido Pierre, sin embargo, no fue yendo o volviendo del trabajo. Fue una excursión de Fráncfort del Meno a Estrasburgo: 460 kilómetros en un día y medio parando para pernoctar y poder cargar las baterías, a pesar del bajo consumo.