Reporte: Con todo el equipo
Las bicicletas de carga están conquistando las ciudades, pero... ¿pueden de verdad reemplazar por completo al coche? ¿Cómo se defiende este "burro de carga" moderno en la locura diaria entre el trabajo, la guardería, las compras y las actividades de ocio? Un artículo nacido de un autoexperimento.
Obtener el carné de conducir me proporcionó una gran libertad. En los pueblos de interior de la región de Eifel tener un coche significaba poder entrar en un mundo completamente nuevo al cual era muy difícil acceder si no tenías coche. Hace quince años que yo, Christian Pauls, redactor de la revista MOUNTAINBIKE, vivo en una gran ciudad y me pregunto: ¿Puedo prescindir totalmente del coche? ¿Con una familia, con dos hijos?
El "pueblerino" que fui y que aún llevo dentro tiene dudas al respecto, serias dudas, aunque la verdad es que cuando pienso en el coche lo suelo asociar a menudo únicamente con atascos, discusiones sobre niveles de contaminación, prohibiciones de circulación... De un tiempo a esta parte siento una creciente insatisfacción cuando pienso en el coche. Sin embargo, en mi ciudad de adopción, Stuttgart, la bicicleta todavía no se ha consolidado como medio de transporte de la misma forma en que lo ha hecho en otras ciudades grandes, y esto es un problema. A pesar de ello, con la aparición de las E-Bikes y el hecho de que tengamos un alcalde y un gobierno regional muy verdes, pienso que esto va a dar un giro en positivo de 360 grados. Desde el centro de Stuttgart hasta las afueras hay que sortear 200 metros de desnivel. Con una E-Bike esto ya no supone un problema.
Por eso me pregunto desde hace tiempo si vale la pena comprarse una bicicleta de carga para ir por la ciudad. Con un motor eléctrico debería ser fácil moverse con ella incluso en una ciudad tan accidentada como Stuttgart. Los viajes que tenemos que hacer cada día con nuestros hijos Matilda (4) y Emil (2) son incontables. Hasta ahora, los hacíamos con el coche. Por la mañana toca guardería y jardín de infancia, y aunque ambos centros me quedan de camino al trabajo, luego viene la clase de gimnasia infantil, el taller de música, la compra de la semana... Y naturalmente también, de vez en cuando, las excursiones al campo. Además, obviamente, si renunciamos totalmente al coche tenemos que ver cómo nos las arreglamos para ir, por ejemplo, a una tienda de bricolaje y transportar material.
Todo un reto al que, sinceramente, me apetece enfrentarme. Voy a hacer la prueba yo mismo; voy a hacer un autoexperimento. ¿Superaré el reto? ¡Vamos allá! Los compañeros de KARL han sido tan amables de buscarme la compañera ideal para los próximos meses: una Packster 60 de la casa Riese & Müller. Con espacio para dos niños, un motor eléctrico Bosch y una batería capaz de suministrar 1000 horas vatio, sortear los enormes desniveles de Stuttgart debería ser pan comido. Vaya por delante: todo aquél que esté pensando en comprar una bicicleta de carga, debería probarla antes. El "burro de carga" que nos han dejado para llevar a cabo mi experimento cuesta, ni más ni menos, 6.928,40 euros, con muchos accesorios. La decisión sobre una inversión de este calibre no se debe ni puede tomar simplemente consultando un catálogo. Todo, absolutamente todo, tiene que cuadrar; y esto solo se consigue realizando primero una prueba.
@Björn Hänssler
El autoexperimento
En cuanto al motor del nuevo "vehículo familiar" no han hecho falta muchas presentaciones, puesto que en calidad de redactor de pruebas de MOUNTAINBIKE nos hemos entendido desde el primer día. El motor Bosch Performance Line CX con 75 Newton metros es una equipación habitual entre las bicicletas de montaña eléctricas. Se trata de un motor que proporciona una gran fiabilidad en bicicletas que suelen pesar unos 20 kilos, y a buen seguro es uno de los más potentes del mercado. Mi pregunta es, no obstante: ¿será igual de solvente en una bicicleta que pesa 40 kilos y que puede llegar a llevar hasta 100 kilos de peso? Además, ¿estarán a la altura de este peso componentes clave como el cambio o los frenos? Aunque como probador de producto me venían a la mente estas cuestiones, lo cierto es que han sido bastante accesorias durante el transcurso de mi experimento.
El objetivo principal ha sido en todo momento comprobar la idoneidad del nuevo vehículo para desarrollar con normalidad mi rutina diaria y familiar. Rueda delantera pequeña, gran distancia entre ejes, caja de madera grande... Mis dos hijos inspeccionan minuciosamente la nueva bicicleta de papá. "Parece bastante cómodo", dice Matilda mirando el banco rojo que hay en la caja. No necesito mucho para convencerles de que se suban a la bici para realizar la primera conducción de prueba. Lentamente, saco el caballete mientras aguanto la pesada bicicleta.
"Esto se mueve mucho", comenta Matilda durante el delicado proceso, mientras yo intento algo nervioso mantener el equilibrio. Para arrancar en llano y ponernos en movimiento constato que es mejor poner el motor en un nivel de asistencia bajo. Más que nada para que la bicicleta no salga disparada. Sin embargo, no tardo mucho en cambiar al modo turbo para subirme a la montaña rusa que supone Stuttgart. Emil lanza gritos de júbilo; Matilda, por el contrario, está sospechosamente callada. No dice ni "mú". "Matilda, ¿todo bien?", pregunto. "¡No vayas tan rápido, papá!", me grita mientras se agarra con ambas manos a la caja. La verdad es que no vamos ni a 20 km/h, y de todas formas a 25 el motor se desconecta solo. No hay motivo por tanto para preocuparse, y las risas de Emil parecen confirmarlo.
El dicho de "A mayor velocidad, mayor seguridad" parece especialmente acertado en el caso de las bicicletas de carga de este tipo. La bicicleta, de 185 centímetros de largo, se mantiene estable y tranquila incluso a alta velocidad y es fácil de maniobrar, si bien es cierto que primero te tienes que acostumbrar a la sensación de tambaleo que tienes con la bicicleta parada. Una vez, incluso, mi mujer Johanna volcó con la bicicleta parada y los niños dentro. Por suerte nadie se hizo daño. Los niños iban bien atados y asegurados dentro de la caja. Y hablando de seguridad: este es un tema en el que me he fijado mucho desde el principio, sobre todo porque en Stuttgart tienes que estar cambiando constantemente del carril bici a la calzada y viceversa. Los niños van sentados en la caja muy por debajo del conductor, una posición que en el caso de los automóviles se conoce como "zona de deformación". Esto pone de manifiesto una vez más que aún queda mucho por hacer en cuanto a la seguridad de los ciclistas por ciudad. Me encanta ser pionero en estos temas, pero no a cualquier precio. Que somos pioneros parecen confirmarlo las caras de sorpresa que ponen muchos transeúntes cuando nos ven pasar con todo el equipo. O quizás solo sea que les encanta ver las caras de felicidad que tienen mis hijos cuando van montados en la caja.
Y es que ir en bici es divertido; y si no que se lo pregunten a Emil. Un día que llovía y que yo había decidido, excepcionalmente, coger el coche para llevarlos al colegio, me lo encuentro en la entrada de casa con la cara llena de lágrimas, señalándome su casco de bicicleta. "Bueeno, vaale", me digo a mí mismo mientras voy a buscar mis pantalones impermeables y monto la capota infantil.
Tengo que decir que, personalmente, el motor Bosch me ha decepcionado un poco en la accidentada topografía de Stuttgart. Lo encuentro demasiado flojo, sobre todo si tienes que subir una cuesta empinada con la caja cargada hasta los topes. Por lo demás, el resto del equipamiento es sencillamente extraordinario. Los frenos, el cambio, la horquilla telescópica e incluso el candado que viene con la bici son perfectos.
Tanto a mí como a mi mujer nos ha encantado tener este vehículo en casa. Ir a la compra es mucho más divertido, y casi siempre puedo aparcar delante de la puerta. Mi mujer coge la bicicleta en lugar del coche para llevar a los niños al gimnasio infantil, y cuando hacemos excursiones al campo con la bici nos lo pasamos en grande. Si tienes hijos, la bicicleta de carga eléctrica es un gran invento. Y el miedo que sentía al principio Matilda ha dado paso a un disfrute sin límites. Tras más de 600 kilómetros recorridos, nos apena tener que devolver la Packster 60. Hemos decidido que tenemos que ahorrar; porque nos podemos imaginar perfectamente una vida sin coche.
Consejos
6 Consejos para mejorar la seguridad
Los ciclistas son el elemento más vulnerable del tráfico rodado. A continuación encontrará algunos consejos para mejorar su seguridad y la de sus hijos cuando circulen con una bicicleta de carga.
Casco obligatorio
Aunque en Alemania la Ley no obligue a los ciclistas a llevar casco —tampoco a los niños—, es absolutamente recomendable que tanto usted como sus hijos lleven siempre casco. Aunque "solo" vayan montados en la caja. Piense, además, que usted es el mejor ejemplo para sus hijos. Por tanto, recuerde: no salga nunca sin el casco.
Ropa de seguridad
Siempre que pueda, póngase ropa clara o de color, y en invierno incluso bandas reflectantes. Lo mismo aplica a los niños. Los conductores de coche suelen respetar más las distancias si ven que van niños a bordo.
Protección contra la lluvia
Si en su casa la bicicleta de carga sustituye completamente al coche, en los días de lluvia necesitará una capota infantil para los niños y ropa impermeable para usted. Y sobre todo ¡no se olvide de los pies!
Protección contra el frío
No olvide ponerse una capa extra de ropa en invierno, también a los niños. Si se pasa frío, se acabó la diversión. Cuando se circula en bicicleta es especialmente importante llevar unos buenos guantes y un gorro específico para casco.
Protección antirrobo
Si quiere aparcar su Cargo-Bike de forma segura, necesita un buen candado. Siempre que sea posible, pida al fabricante que instale de fábrica un candado fijo en la bicicleta que va a comprar.
Seguridad en caso de avería
Ponga una bomba, herramientas y cámaras adecuadas, o un kit de reparación, en una bolsa pequeña y colóquela en la parte delantera de la caja. O aún mejor: compre una cinta de velcro; pegue una cara en la caja y cosa la otra a la bolsa de herramientas para poder ponerla y quitarla fácilmente y que quede bien sujeta en la caja. De esta forma estará bien preparado si alguna vez tiene la mala suerte de pinchar.
Casco obligatorio
Aunque en Alemania la Ley no obligue a los ciclistas a llevar casco —tampoco a los niños—, es absolutamente recomendable que tanto usted como sus hijos lleven siempre casco. Aunque "solo" vayan montados en la caja. Piense, además, que usted es el mejor ejemplo para sus hijos. Por tanto, recuerde: no salga nunca sin el casco.
Protección contra la lluvia
Si en su casa la bicicleta de carga sustituye completamente al coche, en los días de lluvia necesitará una capota infantil para los niños y ropa impermeable para usted. Y sobre todo ¡no se olvide de los pies!
Protección antirrobo
Si quiere aparcar su Cargo-Bike de forma segura, necesita un buen candado. Siempre que sea posible, pida al fabricante que instale de fábrica un candado fijo en la bicicleta que va a comprar.
Ropa de seguridad
Siempre que pueda, póngase ropa clara o de color, y en invierno incluso bandas reflectantes. Lo mismo aplica a los niños. Los conductores de coche suelen respetar más las distancias si ven que van niños a bordo.
Protección contra el frío
No olvide ponerse una capa extra de ropa en invierno, también a los niños. Si se pasa frío, se acabó la diversión. Cuando se circula en bicicleta es especialmente importante llevar unos buenos guantes y un gorro específico para casco.
Seguridad en caso de avería
Ponga una bomba, herramientas y cámaras adecuadas, o un kit de reparación, en una bolsa pequeña y colóquela en la parte delantera de la caja. O aún mejor: compre una cinta de velcro; pegue una cara en la caja y cosa la otra a la bolsa de herramientas para poder ponerla y quitarla fácilmente y que quede bien sujeta en la caja. De esta forma estará bien preparado si alguna vez tiene la mala suerte de pinchar.
© by Motor Presse Stuttgart GmbH & Co. KG, 2019, Autor: Christian Pauls