Riese & Müller construye bicicletas eléctricas; ¿cómo se os ocurrió plantar árboles?
Sarah: Hace cinco años la sostenibilidad o, como preferimos llamarla, la «responsabilidad» se convirtió en un pilar fundamental de la estrategia corporativa de Riese & Müller. En ese momento calculamos por primera vez nuestro balance climático, es decir, el nivel de emisiones de CO2 que generamos como empresa. Nuestros centros de trabajo están construidos de forma extremadamente eficiente desde el punto de vista energético, el respeto al medio ambiente está presente en todas las actuaciones diarias de nuestros empleados y empleadas, y nos esforzamos constantemente por reducir nuestra huella ecológica. Pero esto no es suficiente. Siempre hay una determinada cantidad de emisiones que no podemos evitar por completo con las infraestructuras y tecnologías actuales, ya sea en nuestros centros de producción, en el marco del proceso logístico o en otras fases previas o posteriores de la cadena de valor de nuestras E-Bikes.

El procedimiento que sigue la mayoría de las empresas en estos casos es participar en programas de compensación de las emisiones, es decir, financiar proyectos que contribuyan a proteger el clima y reducir las emisiones.

En los primeros ejercicios en los que Riese & Müller calculó su huella de carbono, hicimos exactamente esto. Financiamos diversos proyectos internacionales certificados de protección del clima, principalmente aquellos que no solo reducían las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que contribuían a mejorar la calidad de vida y la salud de las comunidades locales, como por ejemplo un proyecto de cocinas eficientes en países del Sur Global. Se trata de iniciativas beneficiosas tanto para la población local como para el medio ambiente, pero para nosotros y nuestros empleados y empleadas aquí en Alemania, al lado de la cordillera del Odenwald, son algo lejanas, a veces poco transparentes y difíciles de comprender en toda su magnitud.

Por eso en su momento nos preguntamos si no habría también aquí proyectos, cerca de nuestra casa, que valiera la pena apoyar. Esto fue en el año 2021, cuando el cambio climático se hacía ya cada vez más evidente también en nuestros bosques.

Así fue como entramos en contacto con HessenForst y nos marcamos un objetivo: ayudar al bosque local, a nuestra región, repoblando zonas dañadas del bosque de Darmstadt con 10.000 árboles resistentes al cambio climático.

¿Cómo están hoy los árboles?
Lennart: Cada una de las tres zonas forestales presenta unas condiciones muy diferentes que influyen en la salud y el crecimiento de los árboles. Mientras que las zonas de Mühltal y Bessunger Forst evolucionan bastante bien, la zona de Täubcheshöhle, en Weiterstadt, es actualmente más problemática. Los árboles jóvenes suelen tener más dificultades aquí, ya que el suelo es muy arenoso y tiene poca capacidad de retención del agua. Otro de los problemas son los gusanos de mayo, es decir, las larvas del escarabajo de mayo, que viven en la tierra y se comen desde abajo las raíces de los árboles recién plantados. Es probable que una gran parte de los árboles jóvenes de esta zona no sobrevivan, en cuyo caso será necesaria una nueva repoblación forestal. Debido a la problemática elevada a la que se enfrenta la zona de Täubcheshöhle, tampoco aquí se aplica el plan de gestión forestal. Por eso es tan importante en estas zonas contar con el patrocinio de entidades privadas, ya que proporciona a HessenForst los fondos adicionales necesarios para trabajar en ellas con mayor intensidad a fin de convertirlas en bosques sanos y estables de cara al futuro.