Greg y la Supercharger.
15.11.2023 | Lifestyle & Arts
La gente de todo el mundo está haciendo de nuestras bicicletas una parte esencial de su vida. En este apartado nos cuentan su historia.
Hola, soy Greg. Soy de Niza, Francia. Desde que era muy pequeño la naturaleza siempre me ha apasionado, sobre todo la biología marina. Hoy en día me dedico a mi pasión: la fotografía submarina.
Hace quince años un encuentro insólito cambió mi vida. Por aquel entonces dirigía una empresa de básculas electrónicas. Siempre que tenía un rato libre, me escapaba a explorar el Mediterráneo. Entonces, un día, fui bendecido con un encuentro extraño e increíble: un gran grupo de ballenas piloto. Nunca olvidaré ese momento, en la proa de mi pequeño barco, con cerca de 80 ballenas socializando. Flotaba tranquilamente en el mar con el motor apagado, y el encuentro duró un buen rato. Me pareció algo increíble aquí en el Mediterráneo.
De repente me di cuenta de que como ser humano tenía que intentar vivir mi sueño sin concesiones. Y mi sueño es estar en contacto con la naturaleza, con la fauna marina. Decidí dedicar mi vida a la fotografía de naturaleza para contar historias y concienciar sobre la protección del medio ambiente.
Estoy en la primera línea de la observación del cambio climático. En otros tiempos organizábamos expediciones a la Antártida para observar los efectos del calentamiento global. Pero hoy estamos viendo y experimentando toda la intensidad del calentamiento global en Francia y en toda la cuenca mediterránea con incendios, sequías, inundaciones y tormentas sin precedentes. El clima se ha vuelto imprevisible, el Mediterráneo sufre una ola de calor submarina y este verano hemos vuelto a batir récords de temperatura.
Todo es una nueva aventura.
Cuando no estoy explorando los mares y océanos del mundo, me gusta pasar tiempo con mi familia y en la naturaleza con mis hijos. El resto del tiempo, después de llevarlos al colegio, trabajo desde casa y preparo mis próximas misiones, edito mis imágenes y las publico en revistas, exposiciones fotográficas y conferencias, y escribo historias sobre los océanos.
Vivo en una colina de Niza, por lo que usar la bicicleta parecía imposible, pero la Supercharger ha revolucionado mi estilo de vida. Gracias a su potencia, puedo sortear cualquier pendiente en mis rutas habituales varias veces al día. Ya no utilizo el coche para ir a la ciudad o a la playa, y cada vez que lo uso es un verdadero placer. Los viajes aburridos se han convertido en momentos de placer y ha aparecido un fuerte espíritu de libertad. Llevar a mi hija a la guardería es muy emocionante, siempre es una nueva aventura y un momento dulce compartido con ella. Además, este medio de transporte me ayuda a mantenerme en forma en mi vida cotidiana, y puedo entrenarme y ponerme a prueba en las montañas de los alrededores.
Estoy (re)descubriendo mi ciudad y mi territorio desde un nuevo ángulo. Es fácil, me ahorra tiempo y me produce una verdadera sensación de libertad. En los últimos años, incluso antes del covid, la política de la ciudad ha sido dar prioridad a los nuevos modos de transporte. Se han puesto en marcha importantes iniciativas como la construcción del tranvía y de aparcamientos para coches eléctricos y se ha fomentado el uso de la bicicleta con la creación de numerosos carriles bici en lugar de carreteras.
Mis mejores momentos son los que paso con mi pequeña Lou-Jane —de casi 2 años—, que me acompaña a todas partes, desde la panadería hasta la playa.