El nuevo edificio de Riese & Müller, que aúna bajo un mismo techo administración y producción, no se construyó en primera instancia para producir más e-Bikes, sino para crear un lugar de trabajo moderno, sostenible y rodeado de naturaleza que ofreciera a los empleados y empleadas unas condiciones óptimas. Esta apuesta engloba el concepto de la "no generación de residuos", que empieza por lo más pequeño.

Por eso en el "Corner Café" de la empresa y en todos los "Coffee Points”, las zonas reservadas para tomar café, se ha implantado el sistema de Recup de vasos reutilizables con depósito. Detrás de Recup se encuentran sus fundadores Fabian Eckert y Florian Pachaly, que al igual que Markus Riese y Heiko Müller identificaron un problema que deseaban solucionar. Para evitar la marea de envases de cartón y plástico que inunda las calles cada día idearon un sistema de reutilización con depósito que ahorra recursos y que permite a las empleadas y empleados seguir disfrutando de su café caliente en ciertas áreas en las que está prohibido el uso de vidrio y porcelana por razones de seguridad, como sucede en producción.

El cien por cien de los vasos de Recup fabricados en Alemania son de grado alimentario, no contienen BPA ni sustancias tóxicas y se pueden reutilizar hasta 1000 veces. A diferencia de los vasos de bambú, los de Recup no contienen materiales susceptibles de disolverse con bebidas calientes. Apostando por el sistema de vasos reutilizables con depósito de Recup, Riese & Müller contrarresta el derroche de recursos y conciencia a los empleados y empleadas sobre un estilo de vida sostenible. Este sistema permite a Riese & Müller ahorrar más de 50.000 vasos desechables al año.

Pero evitar el uso de vasos desechables no es la única medida adoptada en el nuevo edificio de la empresa para ahorrar recursos; entre otras muchas, se suministra gratuitamente agua de bebida a los empleados y empleadas. Para ello Riese & Müller ha implantado el uso de un sistema de filtrado de agua Brita y de botellas reutilizables propias, que se pueden rellenar en numerosos puntos del edificio y evitar así el transporte de más de 90.000 botellas al año.